07 julio, 2007

Cerveza, populacho y muerte

Después de una larga semana de trabajo en el periódico en el que estoy haciendo las prácticas, vuelvo a escribir en el blog, ahora que cuento con tiempo para ello.
Ayer salimos por la noche y la noche se volvió negra. La trágica noticia del fallecimiento de la novia de un conocido nos hizo preguntarnos a más de uno, ¿Tan insignificantes somos? Parece que somos más frágiles de lo que pensamos y sin darnos cuenta nos endiosamos tanto que sólo tristes noticias como esta nos devuelven al frío suelo donde vivimos como hormigas que no son conscientes de que cualquier día la noche eterna nos envolverá en su manto y hasta luego.
Vita brevis est.
Por otro lado, mi aclimatamiento al verano de Santander poco a poco va tomando forma, aunque los días pasan centelleando a mi lado a gran velocidad, tanta que creo que mañana cuando me despierte, ya estaremos en Septiembre de nuevo.
Los veranos en Santander, prácticamente olvidados para mí, pues llevaba diez años sin pasar un verano en Santander, son pausados, ciertamente monótonos en cuanto a que siguen una dinámica constante de currar, salir y currar y sin lugar a dudas, herméticos. Es una ciudad con serias dificultades para conocer a gente nueva. Yo no es que sea el dios de las relaciones públicas, pero creo que podría contar con los dedos de la mano las personas nuevas conocidas desde hace cinco años. Aún así, no me quejo, el grupo de gente que se mueve para salir los fines de semana o birrear entre semana están dentro de un equilibrio normal y aceptable.
A pesar de lo bonito de esta tierra, creo que mi futuro está en Madrid, sin duda. Una amiga me dijo que me vió en un sueño dando clases en la Complutense, así que vamos a ver si le damos la razón. A seguir construyendo la coraza del estudiante eterno.
Ayer fue un día de cervezas, aunque bastante funesto la verdad. Algo comprensible por otro lado. Yo no se que haría si se muriera cierta persona, supongo que enloquecer hasta un punto infinito sin retorno. La vida es dura, y duro es el camino, que está lleno de trampas. Pero también hay que apretar los dientes y salir adelante cuando la adversidad se ceba en nosotros. Supongo que es difícil habla de estas cosas cuando no te afectan directamente, pero le devuelven a uno a la realidad de golpe y porrazo.
Estos meses de verano santanderino el foro estará al 50% porque entre el trabajo en el periódico y los artículos que preparo de Comunicación estoy con el tiempo bastante justito. Sin embargo vamos a ver si queda tiempo para sacar unos post entre semana.
Os recomiendo este tema:
Un triste saludo,
Carlos Oleaga

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