12 septiembre, 2008

Al Carajo

Al carajo...

-Ahí es a donde el presidente venezolano ha mandado a los estadounidenses. A todos. Qué fuerte tú.
- Ya te digo. Aunque quizá se lo merezcan.
- Claro. Pero descalificarles con el apelativo de "Yankis de mierda" es un poco fuerte ¿no?
- Supongo. Habría que vivir allí para entender la situación real. Y también vivir fuera para observar el entorno exterior. El caso es complicado.
- Más de lo que tu y yo alcanzamos a comprender, querido amigo.

Evo ha echado al embajador de Estados Unidos de Bolivia. Su homólogo venezolano ha hecho lo mismo. En Estados Unidos tampoco se han quedado parados y los dos representantes latinos ya viajan hacia sus países.

Lo que está claro es que el odio que circula por Latinoamérica contra "lo yanki" y contra G.Bush es del mismo calado que el amor que otra parte de la población siente por el territorio de los Estados Unidos, una tierra de oportunidades, que aparece como tierra prometida en medio de la confusión, los populismos y las crisis.

Está claro que desde la llamada "crisis de la deuda" a principios de los ochenta, son muchos los países latinoamericanos que luchan por superar la crisis económica y reducir los niveles de pobreza. Algunos lo están consiguiendo, como es el caso de Chile, otros están en el camino como Perú y algunos se acaban de levantar del último costalazo económico, como Argentina. También hay países que han optado por el modelo "nacionalizador", como Venezuela y Bolivia, que frente al fuerte empuje del capital exterior, han emprendido una cruzada nacionalizadora para recuperar la economía de países que andaban a merced de las empresas privadas, de capital extranjero. Un diverso mapa de economías y de mercados, variopinto y sufridor, que comparte un pasado común y seguramente un futuro de iguales condiciones.

Lo que me llama la atención es la arrogancia que muestra Hugo Chávez en sus discursos, donde no se corta un pelo. Mantengamos al menos las formas, Don Hugo. Puede que muchos pensemos que los yankis son esto o lo otro, o que la economía se puede llevar de una u otra manera, pero al menos que no nos quiten lo cortés. El juego entre caballeros ha de ser siempre limpio.

Parece claro que en latinoamérica el gasto social es una de las asigntauras pendientes. Elevar el nivel educativo y la cultura de la población no conduce a otro lugar sino al progreso de la sociedad. Y claro está que el gasto social no entra dentro de los planes del capitalismo, que sólo piensa en nuevas maneras de reinventar la fórmula con la que llegas a más amplios márgenes de beneficio. Pero hay que jugarle inteligente al que tiene la sartén por el mango.

Por lo tanto, yo condeno al carajo a aquellos que sólo piensan en beneficio a cualquier coste. En América latina se debería de empezar a potenciar la educación de una manera clara y rotunda, se debería potenciar el gasto social en indraestructuras y facilitar el entendimiento con los capitales externos sin desviar la mirada de la producción nacional.

Se está jugando una gran partida de ajedrez. Y matando peones no conseguimos nada. Hay que llegar a un entendimiento. Sobre todo porque cuando la oleada china barra el resto del mundo, más vale que América esté lista para soportar su avance. América difiere de Europa en dos aspectos básicos. Tiene una población joven, ilusionada y que tiene esperanza y además suficiente territorio para contener el avance chino. Por lo tanto, lo suyo sería entenderse entre todos los países para llegar a acuerdos económicos que favorezcan los acuerdos beneficiosos para todos los países. Y olvidarse de rencillas. Que al final esto parece el patio del colegio.

Comprendo los sentimientos de Hugo Chávez, pero desde luego no comparto su modo de actuación. Demasiado populista y perdiendo las formas. Una pena.


Un encendido saludo,
Carlos Oleaga

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