Un septiembre más, y con este van tres, vuelvo a retomar la actividad pseudoliteraria de este blog para intentar destripar un poco más el futuro de Los Esféricos, las poesías de las esferas, las fotografías imposibles y ególatras y poner en práctica una de las habilidades para la que me encuentro más dotado, la crítica. Aunque supongo que eso lo deberían decir otros, no hay tiempo para invitaciones ni tiradas de flores en torno a un individuo.
El show debe continuar.
Y empezaré destacando el penoso espectáculo, el escarnio mediático y la falta absoluta de ética mostrada por la gran mayoría de medios de comunicación españoles, que fueron más allá de la tragedia de Spanair para convertirlo en una carnicería mediática, de esas que gustan al pueblo porque están sazonadas con morbo al ajillo.
Es sabido que en torno a la telebasura, a veces sobrevuelan grandes verdades mediáticas. Una de ellas es la reacción del público, de la masa ante el morbo. Poderoso y pestilente atractivo es el que basa la realidad de la noticia en el morbo. Y ninguna cadena de televisión o periódico perdió el tiempo. Sus deberes quedaron echos y contaban pelos y señales de la horrible carniceria de cuerpos despedazados que contemplaron los testigos del avión siniestrado en Barajas.
¿Realmente se informa mejor a la gente relatándole detalles macabros de una tragedia humana?
Que cada cual saque conclusiones y el que quiera pida confesiones.
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