20 noviembre, 2007

¿La televisión: remedio o enfermedad?

Atentos a la noticia que publica hoy Elpais.com, para poner los pelos de punta.

Leamos atentamente y reflexionemos por un instante:

El domingo aparecía herida de gravedad en un domicilio junto a la plaza de Santa Teresa de Alicante una joven de nacionalidad rusa. Había sido apuñalada en el cuello. El lunes por la mañana, a pesar de su ingreso en el Hospital General de Alicante, la joven fallecía debido a la gravedad de las lesiones. Cinco días antes, la joven rusa había saltado por primera vez a los medios, esta vez por su fallida historia sentimental retratada en el programa de Antena 3 El Diario de Patricia.

A mediados de octubre, la relación sentimental que la joven mantenía con el hasta ahora único detenido por su supuesto asesinato finalizaba después de un corto periodo de tiempo, según relata la agencia EUROPA PRESS citando al diario alicantino
Informaciones. Tras la ruptura, el ahora detenido acudió al programa para intentar la reconcialiación.

Recibió un no por respuesta.



El resto de la historia es lo de menos pues acaba con un triste fallecimiento y un hombre entre rejas que mata a una mujer.

Algo me llama la atención poderosamente. ¿Qué parte del NO no entendió? Es una de las cosas más fáciles, que aprendemos desde pequeños. La diferencia entre Si y No. Coco nos lo dejó bien claro en Barrio Sésamo y aún así hay gente que no se entera.

Por un lado la mediatización de esta serie de casos creo que no ayuda en nada, es más darle propaganda a las miserias de la gente en televisión no debería estar permitido, ¿es lícito traficar con los sentimientos, frustraciones y penas de los ciudadanos? Parece que nos gusta echar carne al asador cuando estamos tan aburridos que no sabemos ni qué hacer con nuestra vida. La televisión debería pensar de manera detenida como reaccionar ante este problema de la violencia contra las mujeres. Sino, el hombre empezará a perderle el miedo a matar por su ficcionamiento televisivo. Es como si matar a una mujer no pareciera real. Y todos estos supuestos perturbados no parece que se den cuenta del daño real, de la realidad en la que viven. Los medios deberían tomar cartas en el asunto y cuanto antes mejor.

En el otro lado se debería reflexionar sobre un tema básico, más allá de las muertes. ¿Por qué el hombre necesita matar a su compañera? ¿Qué ha llevado a determinados hombres a empuñar las armas contra sus parejas sentimentales o sus ex mujeres? ¿Por qué no pueden vivir en paz?

Es culpa suya o es de la sociedad, ¿qué papel juegan los medios o el estado?

Aún queda mucho por reflexionar y meditar, pero lo que está claro es que hay que poner freno a esta violencia absurda que acaba con la vida de tantas mujeres al año. Un asunto triste de verdad. ¿Entiende el hombre su papel en la sociedad? La mujer se ha adaptado a una nueva vida en la que trabaja, es independiente, tiene ingresos, ... ¿ha sabido el hombre adaptarse a esas condiciones?

Sólo con la esperanza puesta en el futuro, espero y deseo que esta situación cambie.

NO A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Un triste saludo,
Carlos Oleaga

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