Actualmente casi no dispongo de tiempo para escribir regularmente, pero intentaré de cuando en cuando postear algún artículo curioso o que me llame la atención.
El otro día fuimos a ver la película de TIERRA, producida por la BBC, que durante varios años ha estado visitando y filmando distintos lugares de nuestro planeta para montar una película.
Después de verla puedo afirmar que realmente no va mucho más allá de un documental. Eso sí, la duración es ligeramente superior al tratarse de un largometraje.
Los puntos fuertes son sin duda las imágenes espectaculares de los planos aéreos y de los tiburones. También hay algún que otro plano espectacular, como las transiciones que hacen de estación en estación, que poseen un buen montaje.
Tampoco me esperaba mucho más de un documental de la naturaleza, aunque está claro que verlo en el cine en una pantalla de tamaño medio y con un sonido mejor que el de nuestra televisión, pues es un punto a favor para aguantar con más ganas el documental.
Del lado negativo, sin duda, lo de siempre, el documental nos vuelve a mostrar otra vez, aquello que ya hemos visto anteriormente más de cien veces, los clásicos oso polar, elefante, león, tiburón y ballena, esta vez con imágenes más espectaculares, pero más de lo mismo, vamos.
Y lo de la sabana, fue soporífero cien por cien, sino que le pregunten a la mitad de los asistentes a la sala, que con los primeros compases de los elefantes en busca del agua, empezaron a entornar los ojos y revoloteaban en la somnolencia más animal.
Por lo tanto, película recomendable para disfrutar de imágenes impactantes. Poco más da de sí. Eso sí, mejor verla en el cine que en la tele o a través de la mula, porque el sonido y las imágenes merecen la pena ser vistos en el cine.
Pasará por las pantallas sin pena ni gloria, pero merece la pena por la espectacularidad de las imágenes y por conocer ciertos aspectos de nuestro planeta, por ver otra perspectiva del mundo.
Un cinéfilo saludo,
El otro día fuimos a ver la película de TIERRA, producida por la BBC, que durante varios años ha estado visitando y filmando distintos lugares de nuestro planeta para montar una película.
Después de verla puedo afirmar que realmente no va mucho más allá de un documental. Eso sí, la duración es ligeramente superior al tratarse de un largometraje.
Los puntos fuertes son sin duda las imágenes espectaculares de los planos aéreos y de los tiburones. También hay algún que otro plano espectacular, como las transiciones que hacen de estación en estación, que poseen un buen montaje.
Tampoco me esperaba mucho más de un documental de la naturaleza, aunque está claro que verlo en el cine en una pantalla de tamaño medio y con un sonido mejor que el de nuestra televisión, pues es un punto a favor para aguantar con más ganas el documental.
Del lado negativo, sin duda, lo de siempre, el documental nos vuelve a mostrar otra vez, aquello que ya hemos visto anteriormente más de cien veces, los clásicos oso polar, elefante, león, tiburón y ballena, esta vez con imágenes más espectaculares, pero más de lo mismo, vamos.
Y lo de la sabana, fue soporífero cien por cien, sino que le pregunten a la mitad de los asistentes a la sala, que con los primeros compases de los elefantes en busca del agua, empezaron a entornar los ojos y revoloteaban en la somnolencia más animal.
Por lo tanto, película recomendable para disfrutar de imágenes impactantes. Poco más da de sí. Eso sí, mejor verla en el cine que en la tele o a través de la mula, porque el sonido y las imágenes merecen la pena ser vistos en el cine.
Pasará por las pantallas sin pena ni gloria, pero merece la pena por la espectacularidad de las imágenes y por conocer ciertos aspectos de nuestro planeta, por ver otra perspectiva del mundo.
Un cinéfilo saludo,
Carlos Oleaga
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