El pueblo de Aciera, en Asturias, era el destino de nuestro viaje a la escuela de escalada de Quirós, una de los mejores lugares para practicar la escalada en la caliza asturiana. El transporte, una furgoneta 'Serena', con unos cuantos años y una amortiguación a la antigua, de las que gusta de los botecitos. El equipo, el mismo de siempre, un par de cuerdas de Beal, muchas cintas express, grillos, reversos, un par de ochos y algo de cordino. Las novedades, mi nuevo arnés Petzl Corax, una auténtica pasada en cuanto a comodidad, con un buen acolchado lumbar y una gran sencillez de uso. Además estuve utilizando unos gatos de Vuarde, que han resultado fantásticos por la gran aderencia que conseguí con ellos. Y eso que yo no soy un gran defensor de los pies de gato con cordones.
La ruta, para llegar a este valle asturiano, se la confíamos a la página web de La guía Campsa, y claro, el resultado fueron cinco horas en furgoneta para recorrer la distancia entre Santander y Aciera. A partir de Oviedo, las indicaciones de la ruta diseñada por la web, se volvían demasiado confusas, del estilo 'Entra 183 metros en la A-63', la locura, vamos.
Al final, después de dar unas cuantas vueltas, en las que nos dió tiempo a visitar poblaciones como Trubia, Grado y San Martín de Teverga. Y a pesar de que era 14 de Agosto y al día siguiente era fiesta nacional en España, el trayecto desde Trubia hasta Aciera resultó como cubrir un recorrido fantasma. Todo cerrado y ni rastro de gasolineras. No quiero saber cómo de peligrosos puede ser adentrarse en este tipo de pueblos, teniendo poca gasolina en el depósito.
Por arte del ensayo y error, al final llegamos a Aciera y subimos hasta el pequeño pueblo vecino de Los Llanos, pero claro, a las tres de la mañana, el albergue estaba cerrado a cal y canto. Así que la única opción fue la del vivaqueo, con un festival de ladridos nocturnos de todos los perros de los alrededores muy interesante, a la vez que insoportable. Más insoportable que interesante claro, y en proporción de 100 a 1.
Una vez despertamos de la animada 'serenata nocturna' cogimos todo el material y nos dirigimos al refugio del pueblo de Los llanos, cercano a las vías. Compramos una guía bastante antigua para poder orientarnos, al menos en los sectores, y con la mochila al hombro, nos adentramos en la ladera de la montaña de Quirós.
El primer contacto con la roca fue en un sector de poco grado, con multitud de cazos y muchos pies, lo cual se agradece para calentar un poco, antes de pasar a placas más planas. El sector la Selva, se compone de unas veinte vías de grado entre IV y V, todo bien equipado, con un 90% de los seguros químicos, y sólo unos pocos parabolts. Las vías aquí resultaron 'disfrutonas' y además ofrecían la posibilidad de hacer hasta tres largos en alguna de ellas. Un sector paradisíaco para alguien que empiece a escalar. Y dado que contábamos en nuestras filas con una escaladora neófita, me tocó a mi quedarme en el sector Selva, mientras el resto de la cordada, formada por dos amigos de Tudela, se adentraba en el mundo de sextos del sector La Cubana.
Tras encadenar siete cuartitos y un par de quintos, pasamos a uno de los sectores más recomendables de esta fantástica zona de escalada, denominado 'El escalón'. Y al llegar allí comprendimos que lo del nombre del sector no estaba falto de razón: el patio que se veía a pocos metros de donde había que asegurar era impresionante.
En cuanto a las vías, resaltar 'Alí ´Babá y los 40 Mosquitos', que salía 6a, pero había que tirar a dolor, sobre todo en la segunda parte de la vía, lisa como una tabla de planchar. Mucho fiarse de pies (los gatos respondieron de manera estupenda), con una entrada asequible de quinto, y con todo lo interesante de la vía al cambiarnos a la placa, que subía, como digo bien lisa, con pequeñas ñapas para las manos y los pies en adherencia. Con esta vía ya me quedé contento y no tuve tiempo para mucho más. Un sector muy recomendable en el que los escaladores de Tudela se hincharon a 6c y 6b con algunas vías realmente preciosas como la que da nombre al sector, El escalón.
Tras seis horas de escalada en estado puro, con una caliza en buen estado y de las que muerde un poco, retornamos hacia la furgoneta, aunque confiando en un rápido regreso para este Otoño, y durante más días, porque es una escuela que sólo para un día se queda algo escasa. Muy recomendable para todos aquellos amantes de la caliza, la adherencia y la placa. También había algún desplome interesante, aunque no predomina.
Dejo una ficha sobre la misma:
ESCUELA DE ESCALADA DE QUIRÓS
Aproximación:
Desde Santander, llegar a Oviedo por la Autovía del Cantábrico. De Oviedo dirigirse a la localidad de Trubia, bien por nacional o por autopista. Al llegar a Trubia, coger la carretera comarcal AS-228 y todo recto hasta Aciera. De aquí, subimos hasta el pueblo de El Llano, cercano a los sectores. Hay que dejar el coche en Aciera porque sólo dispone de seis plazas de aparcamiento y siempre suelen estar llenas.
Tiempo:
Para poder disfrutar de la Escuela con cuatro o cinco días tenemos de sobra para estar en todo lo que merece la pena de esta escuela.
Dormir:
Se puede dormir en el refugio del pueblo de El Llano. La gente del refugio es muy maja y a nosotros nos atendieron estupendamente.
Tipo:
Escuela de escalada de caliza. La piedra no está muy sobada y muerde un poco. Predomina la placa y hay grado desde cuartos hasta séptimos, predominando los sextos. Importante llevar casco sobre todo en invierno, porque hay desprendimientos. Las pedreras así lo atestiguan.
Un montañero saludo,
Carlos Oleaga
2 comentarios:
ya estás en mi blog
Muy buena pinta este viajecito por las montañas...
Qué envidia!
Un saludo,
Tamara
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