23 noviembre, 2006

TERCERA DE SINDICAL

Tercera vez que acudimos a la sindical, esta vez a las fiestas de Educación, con motivo de celebrar la fiesta de la citada facultad y tercera vez en la que saco la misma conclusión:

Aburrimiento.

La verdad es que el ir a un sitio lejano, donde corre un viento huracanado, normalmente encharcado, y ponerse a beber sin sentido, con un par de amplificadores paupérrimos, desde las 12 de la mañana hasta que el cuerpo aguante, no me produce ningún efecto de admiración.

Pero bueno, la Fiesta de Comunicación se acerca, y habrá que hacer acto de presencia, siempre que no surja un plan mejor y eso es bastante improbable.

Concretando, las fiestas de Educación fueron iguales a las de Ciencias e iguales a las de Medicina. Solo cambió el número de personas, el precio de la bebida y el tipo de disfraz.

Como no, las fiestas más humildes, y también las más baratas, han sido las de Educación. Las de Ciencias, las peor organizadas (ausencia de cerveza), y las de medicina las que más gente congregaron. En todas las fiestas coincidió una misma apreciación, la gente se emborracha hasta límites insospechados, disfrazada de lo más absurdo que encuentren, y pierden toda su dignidad revolcándose por el suelo, saltando en los charcos para mojar a sus compañeros, y viendo a ver quién bebe más calimocho.

Sálvense aquí, las pocas excepciones de gente normal, que sólo va con la idea de pasar un buen rato. Al final todos estamos siempre entre la imbecilidad y la sensatez.

No dudéis en venir a las próxima fiesta de facultad en la porqueriza de la Sindical para corroborarlo con vuestros propios ojos...


a todo color



y en directo.



Hasta la próxima fiesta se despide un servidor,


Carlos Oleaga.

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