14 diciembre, 2006

Television sin fronteras


Por los pelos. Así es como se ha aprobado la reforma de la "Televisión sin fronteras" en el Europarlamento. Más concretamente por 1 voto de diferencia; 324 votos a favor y 323 en contra. El Europarlamento autoriza a cortar los telefilmes, las películas, los documentales y los programas infantiles cada 30 minutos. Más alicientes para poner el cable y disfrutar de televisión sin publicidad.


La televisión en abierto cada vez da más pena. Y cada vez más asumimos la idea de televisión como la de canales de publicidad en que entre medias ponen series o programas para atraer a la gente a la publicidad. Otra vez la economía por medio. A este paso hacer el amor con alguien va a ser un proceso económico de transacciones, o includo levantarse de la cama y salir a la calle tendrán su aquel en las variables económicas.

Que gran juego el de la economía y como nos entretiene, ja-ja-ja (risa sarcástica entre dientes ).

Por otro lado, y continuando con la noticia, se mantiene en 12 minutos por hora el máximo de anuncios que pueden emitir las televisiones europeas. Esto seguramente se lo pasen a la torera unas cuantas televisiones que yo me sé. Spain is different.

Y además también se comenta en este acuerdo que las televisiones sólo están sometidas a la regulación del Estado en el que están radicados, incluso si emiten más allá de sus fronteras, caso de TVE24 noticias, Al-jazeera o de la reciente France24. No obstante, el texto acordado por el Parlamento europeo prevé ciertas excepciones si un Estado considera que un operador foráneo se vale de este principio para vulnerar sus normas sobre "protección del menor, seguridad pública, salud pública o protección de la diversidad cultural", informa Efe.

Así que dios sabrá que será del futuro de la televisión europea, un emisor de noticias comerciales que además nos pone series, programas y películas para que traguemos mejor y más a gusto con la publicidad y los malditos "product placement". Desde la autopista de la información al mundo,


Carlos Oleaga.

No hay comentarios: