06 febrero, 2007

Febrero no es un mes tranquilo

Al ritmo del tañido de las campanas me encaminé hacia las instituciones competentes con toda la carga de preguntas que metí en mi saco esta mañana antes de cerrar la puerta del hogar. Ese tañido de las campanas de la omnipresente plaza mayor me indicaba que eran ya las diez de la mañana, el horario de los repartidores, el tiempo del primer pincho de la mañana, y que yo llegaba tarde a mi cita con mi compañero de paseo matinal por las divertidísimas instituciones de la junta de castilla y león y de la universidad. Por suerte no andaba lejos y llegaría al punto de destino en el tercer minuto de la citada hora. Aún así nunca me gustó llegar tarde a un apuntamento, como dicen los italianos, debe ser la herencia de haber vivido en la pérfida albión durante varios años. Al final lo único que se me pegó de esa gente fue la puntualidad, aparte de su pragmática, la cual aprecio en demasía muchas veces.

Así que a ritmo de tambor y de boga de ariete como en la galera de Ben-hur, dirigimos nuestros veloces pies hacia la gran via salmantina donde después de pasar por el pertinente escaner, que seguramente buscaba las bombas terroristas, nos encaminamos hacia el primer piso del edificio, para realizar nuestra rueda de preguntas. Me dieron ganas de decirle al guardian de la puerta que mi única bomba es la que llevo alojada en el pulmón izquierdo, pero pensé que quizá no entendiera un humor tan estructurado.

Una vez llegamos al primer piso y recorrimos el pasillo cargado con miles de mesas, sillas, posters y personas dimos con la puerta a la que estábamos destinados a llamar. Fue entonces cuando se me ocurrió dibujar mentalmente a la persona que estaba dentro, en un par de segundos. Seguramente por influencia de Lovecraft, imaginé que dentro encontraríamos un ser sobrenatural al estilo del gran Cthulhu escupiendo burocracias y reglas por la boca, aunque esa sensación solo duró un par de segundos, aunque me pareció bastante entretenida.

Dentro de la pequeña habitación, también llena de posters al igual que todo el edificio, nos recibió una chica joven, que la verdad, nos trató estupendamente, lo cual suele distar mucho de la realidad de estos sitios donde la burocracia manda. Nuestro cometido: organizar una asociación universitaria de alumnos de comunicación audiovisual de la universidad de salamanca, para dar a conocer nuestros proyectos, sacar otros adelante, soñar con proyectos que aún no pasaron por nuestros cerebros y los más importante de todo, hacer RUIDO, que la gente en la universidad se entere de que las personas que estudian comunicación se mueven.

La asociación tendrá como uno de sus fines el potenciar los estudios de comunicación en Salamanca, que aún duerme en el sueño de Morfeo olvidada a mi parecer un poco, con respecto al resto de carreras, y no digamos nada si la comparamos con una carrera de ciencias.

Una vez superada la prueba de habernos enfrentado a la oficina de asociaciones de la junta, y cargados ya de papelotes para rellenar, nos dirigimos hacia el Vicerrectorado de alumnos, ese que se halla sito junto al señor Luis de león y cercano también a la rana famosa, o mejor, a lo que queda de ella. Subimos al primer piso y por capricho del destino la secretaria del Vicerrector estaba en ese descanso tan español y tan aceptado del tan indispensable pincho salmantino. Así que decidimos ser también muy españoles y encomendarnos a la caña y el pincho, para en el receso estudiar los pasos a seguir lo que nos quedaba de mañana.

Tras el receso del reconstituyente pincho, la secretaría nos recibió para informarnos de que había que venir una vez creada la asociación, así que de patitas en la calle, y por la vía rápida, nos dirigimos a engrosar la larga cola que se divisaba en el servicio de deportes y educación física de la universidad de salamanca, para apuntarnos al trofeo rector de escalada, al cual acudiremos en calidad de participantes, pues el triunfo estará en manos de aquellos escaladores más experimentados, los cuales, recogerán las mieles del triunfo. Pero bueno, lo importante es participar, como dicen algunos soñadores.

A continuación intentamos localizar en la geografía salmantina la oficina de la gaceta para recoger las invitaciones de la conferencia de Rosa Díez, que tendrá lugar el día de vulcano de esta semana en el Liceo. Para suerte quedaba cercano a mi morada, con lo cual no hubo demasiado problema de desplazamiento espacial.

Al final de la mañana también recorrimos los lugares en los que se hallan la tienda de Tipo, el espacio joven y la casa de japón en salamanca, para dar finalmente con mis huesos en mi barroca habitación desde la que estoy escribiendo, presto a ponerme manos a la obra en diferentes proyectos de comunicación de cara a primavera.

Esta visto, que a pesar de haber acabado los examenes, Febrero viene cargado de trabajo y proyectos con los que soñar e intentar progresar. Se me olvidaba por último comentar que también tuvimos oportunidad de visitar en esta azarosa mañana, las dependencias de la obra social de Caja Duero, para poner en marcha una salida a una casa rural en Bejar, para pasar un fin de semana en el mes de Marte.

Atareados saludos a todos los lectos,

Carlos Oleaga

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