El alcalde es ni más ni menos, que el mandamás de la localidad china de Fumin, y decidió pintar, ni más ni menos, que toda la montaña, para ahorrarse el coste de reforestación debido a la intensa actividad minera que asolaba la zona. Cuando se les preguntó a los vecinos la gran mayoría rehuso hacer declaraciones. Una de las pocas declaraciones que se consiguieron fue la de un vecino que incluso aseguraba que había quedado muy bonito. Esta claro que la libertad de expresión en China sigue siendo un asunto preocupante o al menos complicado.
El coste en botes de pintura verde para pintar la montaña ha sido el equivalente a 48.000 €, cantidad que a mi parecer es suficiente para plantar unos cuantos árboles sin problemas.
¿Qué razones hacen que una persona pinte una montaña de verde en vez de plantar árboles y reforestar la maltratada naturaleza? Son cosas que aún no logro entender desde mi limitada comprensión humana. No soy de los que creen en el cambio climático ni en los apagones solidarios, pero me parece que por buen camino no vamos mientras leamos noticias como la de pintar una montaña de verde.
Un saludo vespertino para todos los lectores,
Carlos Oleaga
1 comentario:
Buen texto Carlos.
Pásate por mi virginal blog, estrenado hoy por horas de aburrimiento y pocas ganas de dejar el cascarón.
Un abrazo.
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