20 enero, 2007

Sobre llevar cafes, cargar con sillas o paginar

Esta mañana me contó un amigo durante el clásico descanso español del "pincho" una historia, que si bien parece de tiempos remotos, donde imperaban otras ideas, realmente ocurre a día de hoy en un país como España, el país "different".

Me contó este amigo, que en cierta facultad de cierta universidad castellana, una ámiga suya recibió las prácticas de su carrera (Documentación), en cierto edificio de archivos (y no es el que todos estaréis pensando) para, en principio, llevar al terreno práctico, todo aquellas habilidades y conocimientos que se supone, el estudiante adquiere con las clases teóricas que recibe en las aulas.

La sorpresa de esta chica fue máxima, cuando al llegar al citado edificio, para desarrollar la práctica laboral, el dinosaurio (véase director) al cargo del archivo, le encomendó la noble y sana tarea de poner el número de página a unos cuantos montones de archivos. Aunque en esta vida hay que hacer y saber de todo, y paginar puede ser una tarea como otra cualquiera, lo mejor de todo vino cuando se enteró de que el segundo día debía realizar la importante misión de... ¡paginar!. Si amigos, sus prácticas se convirtieron en una espiral de paginaciones, donde lo más interesante radicaba, en si paginaba archivos o mapas.

Es totalmente indignante el que, a estas alturas, todavía ande gente suelta por ahí de tal ralea, que al recibir a gente para que realicen prácticas en sus empresas u organismos, tenga la desfachatez de mandarles tareas tan dispares como llevar cafes, cargar con sillas o paginar. Creo que esa gente debería estar por lo menos orgullosa de que haya gente que quiera seguir sus mismos pasos, y es más, deberían dar todas las facilidades a esa gente para perpetuar esa rama profesional, como oficio noble y con futuro.

Aunque me gustaría acabar aquí el post y comer tranquilo, seguid leyendo que todavía queda lo mejor y más fuerte de todo.

Continuaba este amigo contándome que la historia no acababa ahí, sino que al volver esta amiga a hablar con su tutora de prácticas, le comentó que no había hecho otra cosa que paginar y que quería desarrollar más labores (cosa entendible, pues se supone a las prácticas la plasmación de buena parte de la teoría aprendida en las clases) para sacar partido de las prácticas.

La respuesta de la profesora, fue a partes iguales vergonzosa y bochornosa. Ante las quejas de esta chica (totalmente fundadas), sólo se le ocurrió contestar:

-¿Qué quieres, ser la directora del archivo?

A uno se le quitan las ganas de estudiar viendo historias como esta. Estoy seguro que si las denuncias pudieran estar realmente encubiertas y no supusieran perjuicio para el demandante (aunque eso fuera tirar la piedra y esconder la mano), más de un profesional de la educación saldría "escaldado" con semejantes comportamientos, que no hacen sino empañar la labor de muchos profesores, que todos los días tratan de enseñar algo nuevo (aunque no sean demasiados, haberlos hailos), o de potenciar las habilidades del estudiante, para que este llegue mejor preparado hacia su salida al mundo laboral.

Así que señora profesora y querido dinosaurio:

Sigan ustedes así que llegarán alto con esa clase de comportamientos, y cuanto más alto lleguen, más dura será su caída.



Carlos Oleaga

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