16 abril, 2007

Bowling for Blacksburg

Sí amigos. Tristemente tengo que comunicaros una noticia realmente triste. Seguramente es el más triste de todos los post que he escrito, desde que empezó a rodar Llamando a las rocas.

Se repite el mismo triste y desgarrador suceso de Columbine, esta vez en Blacksburg, en el estado de Virginia, a tan solo 434 kilómetros de la capital de los Estados Unidos, Washington DC.

33 PERSONAS HAN MUERTO, han dejado su vida, por culpa de un hombre, de un loco (porque sólo en la cabeza de un loco cabe acto tan atroz), que armado entró en la Universidad a liquidar a sangre fría a 32 víctimas inocentes, a las que se suma la muerte del asesino. Lo que no sabemos aún es si se ha suicidado o ha perdido la vida a manos de la policía. Creo que poco importa como ha muerto ese pobre diablo.

De nuevo, vemos como en el primer país del mundo, otra horrible matanza en un centro educativo sacude el mundo mediático con una noticia tan impactante como esta. Y de nuevo salta a la palestra el debate de las armas. Que le pregunten de nuevo al siverguenza de Heston si no le van a arrebatar el rifle ahora. Está claro que Estados Unidos tiene un gran problema dentro de casa, y ese problema es el de la tenencia legal de armas. En un alto porcentaje de hogares americanos hay siempre una o dos armas listas para ser disparadas, y esas armas están al alcance de cualquiera que quiera usarlas, no solo del propietario.

Se habló mucho después de la catástrofe de Columbine (en la que perdieron la vida 13 personas) de los detectores de metales en los colegios y universidades para detectar armas. Supongo que esa no era la solución al problema, sólo una excusa con la escurrir el bulto. Lo que debería hacerse es prohibir el acceso a las armas a la población civil, porque sino seguirán ocurriendo estos tristes sucesos y, lo que es más grave, nadie garantizará la seguridad de los estudiantes ni del personal docente. Por lo tanto, la inseguridad y la desconfianza empezará a aparecer por debajo de los pupitres para alzarse triunfadora. Y tanto la inseguridad como la desconfianza no son buenas compañeras.

Desde aqui me posiciono EN CONTRA DE LA TENENCIA DE ARMAS.

Y como estudiante también de una Universidad, en este caso la de Salamanca, quiero expresar mi más sentido pésame a todos aquellas familias que han perdido a un ser querido en tan horrible acto criminal. Lo siento de verdad, compañeros.

Esperemos al menos, aprender de este suceso y progresar. No lo hicimos cuando sucedió en Columbine. Hagásmolo ahora.


Un triste saludo,

Carlos Oleaga

2 comentarios:

Lia dijo...

lei tu comentario en le diario el pais, muy acertivo. esta masacre es el resultado de un estilo de vida inconsecuente en sus predicas y en sus actos, que llevan los americanos. Que mas esperamos de un pais que se dedica a promover guerras?, que mas esperamos de su gente?, de los jovenes que ahi se estan formando?

Carlos Oleaga dijo...

Sin duda tienen un grave problema en los Estados Unidos de América y es el estar dentro de una Cultura de armas, de una cultura que siempre se siente amenazada y en la que reina la inseguridad.

Esto no acabará hasta que las armas no estén al alcance de cualquier persona y se olvide esa cultura de las armas que tanto les gusta a los políticos estadounidenses