Una vez más he encaminado mis pasos a la Villa del Mar, mi ciudad natal de Santander. Aqui el clima empieza a ser muy agradable, con 17º de temperatura y un gran sol alumbrando en las alturas.Durante estos dos días he estado probando el nuevo ingenio de ocio de Sony, es decir, la PS3 o Play 3. La consola en si es una joya de la naturaleza. Entre los avances que introduce encontramos un mando inalámbrico, que se carga a través de un cable usb desde la misma consola o los sensores de movimiento que lleva el mando, muy bien conseguidos y que funcionan a la perfección. En cuanto a los juegos todavía poco que decir ya que se espera que los títulos gordos empiecen a aparecer dentro de unos meses. Por ahora he probado el Resistance, el Gran Turismo HD (de gran realismo), el Formula1 y el Tekken 5, entre otros títulos.
La única pena de la nueva Play 3 es que necesita estar conectada a una televisión de plasma con sistema HD para funcionar de manera óptima. Aunque funciona igualmente en una televisión normal no es lo mismo claro.
Aparte de eso continuo realizando diversos proyectos, entre ellos la finalización del Poemario "Diversidades de las partes". Santander es un buen lugar para coger inspiración. Y además la semana santa pasa de largo sin demasiada ceremonia o romería, lo cual siempre es agradable y aliviante para los que desconfian de los capuchones.
Por ahora esto es todo amigos, como diría aquel. Ya me espera el Cocido montañés en la mesa y parto raudo a su encuentro.
Hoy me despido con una frase de un ilustre cántabro como fue...
Marcelino Menéndez Pelayo(Santander, 1856 - Santander, 1912)
¡Qué pena morir, cuando me queda tanto por leer!
Un montañés saludo,
Carlos Oleaga
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